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¿LA SUERTE DEL ÉXITO?

¿Qué es lo primero que pensamos cuándo vemos a una persona con éxito? Todos los días salen en las noticias, las revistas, etc, gente que ha alcanzado el éxito en algún aspecto (profesional, personal…). Y no sólo en los medios de comunicación, todos alguna vez nos hemos cruzado con un antiguo compañero del instituto o la universidad y nos ha contado lo bien que le han ido las cosas. Y ante esto el primer pensamiento que tenemos suele ser “¡qué suerte ha tenido!”.

Sí, solemos relacionar directamente el éxito con algo tan “fácil” como la suerte. Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg, Amancio Ortega… Ejemplos que todos conocemos. Pero, si ellos han podido crear las empresas más exitosas de nuestro tiempo “de la nada” y “empezando desde abajo”, ¿por qué no podemos hacerlo todos? Ya lo hemos dicho antes, suerte ¿NO?

Analicemos esa suerte. No cabe duda que “estar en el sitio correcto en el momento adecuado” es un factor importante, sin embargo, a diferencia de lo que la gente piensa, no lo es todo. Existe una metáfora que me gusta que compara el éxito con un iceberg. Cuando lo miramos únicamente vemos el 15% del camino que ha recorrido una persona para triunfar, pero bajo la superficie pueden haber kilómetros de trabajo duro, disciplina, sacrificio, organización, fracasos, persistencia y tiempo invertido en hacer que su proyecto salga a flote.

Entonces, puede que ese sea el problema. Atribuir el éxito únicamente a la suerte no es más que una excusa que ponen muchos cuando no están dispuestos a invertir todos estos esfuerzos en una idea. Siempre es más fácil pensar que no merece la pena porque tú no eres una “persona afortunada”. Aunque también se puede dar el caso contrario, cometer el error de iniciar un proyecto confiando en la suerte y no invertir el tiempo ni el trabajo necesarios.

Las circunstancias en las que vivimos han propiciado que surjan un gran número de emprendedores que crean sus propias empresas basándose en una idea innovadora. Sin embargo, no habrá éxito si sus fundadores no tienen claro este aspecto respecto a la suerte.

Y no olvidemos que igual de difícil es conseguirlo puede ser mantenerlo. Otro error muy común es creer que una vez has alcanzado el éxito, éste va a estar siempre contigo y tú te puedes dedicar tranquilamente a vivir de sus frutos. Nada más lejos de la realidad, mantener el éxito requiere casi aún más dedicación y trabajo duro. Vivimos en un mundo que avanza vertiginosamente rápido y en un segundo todo puede cambiar, así que si no estás preparado para hacer frente a los problemas o a los cambios puedes perderlo todo.

Es un hecho que todos tenemos sueños, aunque no todos estamos dispuestos a iniciar el largo y arduo camino que supone cumplirlos de forma exitosa. Pero lo cierto es que la única forma de conseguir todo lo que siempre has querido es trabajando en ello. Hay que ser realista y organizado y dejar las excusas a un lado, porque la única verdad es que el éxito está al alcance de todo aquel que esté dispuesto a luchar por él.

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